Tasación de terrenos en Alcoy

La tasación, o valoración de inmuebles, es un campo de trabajo bastante amplio. En esta ocasión queríamos hablaros de una parte de la valoración que es bastante habitual pero que la gente no suele conocer, pues en general la población piensa en la tasación de vivienda: la valoración de terrenos.

Valorar correctamente un terreno es interesante y en muchas ocasiones las personas que obtienen un terreno, que en muchos casos es por herencia familiar, no saben ni remotamente qué precio deberían pedir por él en caso de venderlo.

La valoración de terrenos no es tarea fácil, pues no sólo habrá que estudiar el tipo y tamaño del terreno, sino que influirán multitud de otros elementos: accesos, disponibilidad de suministros (agua, luz, etc.), paisajes cercanos (vistas, montañas, ríos, etc.) así como la edificabilidad del terreno propio y colindantes.

La edificabilidad del propio terreno hará que varíe el precio, pues es habitual que los terrenos de campo que son urbanizables y edificables sean más caros.

Además, si nuestro terreno es urbanizable y los colindantes no es posible que todavía nos encontremos ante un terreno más caro, pues se podría construir una casa de campo muy exclusiva, sin construcciones a su alrededor.

Lo que no es tan evidente son operaciones como la que hemos visto últimamente. En una población con un límite mínimo de 10.000 metros cuadrados para construir se han comprado varios terrenos aledaños en una operación de compraventa a varios propietarios hasta juntar más de los 10.000 metros necesarios, consolidándolos en uno sólo para intentar obtener permiso para edificar en el terreno resultante.

La operación es algo atrevida y, de fructificar, daría como resultado el aumento considerable del valor del terreno, pues de 10.000 metros de terreno no urbanizable (al no llegar al mínimo, por estar los terrenos divididos entre diferentes propietarios) se pasa a tener los mismos metros pero con una cierta edificabilidad (para construir una casa de campo en el terreno) al juntar todos los terrenos a un nombre de un único propietario. Si la operación sale adelante y no tiene problemas a ojos del ayuntamiento correspondiente será un ejemplo claro de lo que los economistas llaman «creación de valor».