¿Necesito un tasador inmobiliario?
Esta pregunta es bastante más habitual de lo que parece a primera vista, o quizá debería serlo. Y digo «debería serlo» porqué hay infinidad de situaciones en las que contar con una valoración profesional de inmuebles es importante para evitar sustos.
Me viene a la mente una disputa entre particulares respecto a una vivienda, que uno de ellos pretendía vender y el otro, lógicamente, comprar. Ambas partes, en un acuerdo privado, pactan una opción de compra sobre la vivienda en función de ciertas condiciones y con un precio aproximado.
La parte compradora un tiempo después, una vez dadas las condiciones, pretende ejercer la opción de compra y para ello pide una tasación de la vivienda a un tasador inmobiliario en Alcoy. Esta tasación resulta ser sensiblemente menor al precio aproximado en el contrato, motivo suficiente para que la parte vendedora se muestre reticente a la ejecución y pida opinión a un segundo tasador, obteniendo una tasación mayor a la del comprador. Y así, ya tenemos el lío montado.
Al firmar un contrato privado indicando un precio aproximado, quizá con la intención de ahorrarse la tasación profesional del inmueble, ambas partes se adentran en un terreno legal bastante complejo, en el que se obligan a la transacción, pero sin acuerdo definitivo en el precio. Finalmente cada parte contrata a un tasador, con lo que no hay ahorro, sino más bien al contrario, hay un doble gasto en tasación. Y además, siguen sin acuerdo, pues ambas tasaciones, aunque poco, difieren entre sí.
Contar con el asesoramiento de Valoraciones Blanes, en Alcoy, quizá no les hubiese dado garantía de satisfacción 100%, eso lo dejamos para los anuncios de la televisión, pero sin duda les habría evitado realizar dos tasaciones, suponiéndoles de entrada un ahorro. Además, se les habría recomendado someterse ambos a una única valoración, por supuesto de forma previa a la firma del acuerdo, y así se hubiesen ahorrado también las discusiones posteriores.